¿Por qué no nos unimos al Black Friday?
El último viernes de noviembre, justo después de la celebración de Acción de Gracias, las tiendas de todo el mundo se lanzan a las promociones y descuentos, dando lugar a lo que ya todos conocemos como Black Friday.
Pese a que el origen de esta ¿festividad? no está clara, existen diversas teorías. Algunos cuentan que el termino se originó en Filadelfia para describir el tráfico de vehículos y gente que se abarrotaban en la ciudad al día siguiente de acción de gracias. Otra teoría nos dice que, tras los días de números rojos, por fin, en este día se iniciaban los beneficios y por lo tanto, los números “negros”. Sea como sea, lo que sí sabemos con claridad hoy en día, es que el Black Friday da el pistoletazo de salida a la campaña de Navidad, y con ello, las grandes ofertas, el movimiento de gente en las grandes calles comerciales y por supuesto, el consumo.
¿Cuáles son las consecuencias de el Black Friday?
Con las grandes ofertas, muchas veces caemos en la compra sin pensar mucho si es algo que realmente necesitamos o solo compramos por su precio reducido. Por ello, nuestro bolsillo es uno de los más afectados. Sin embargo, esto va mucho más allá. La producción masiva supone generar una gran cantidad de residuos, provoca una mayor contaminación en logística y transportes, y por si todo esto fuera poco, favorece unos métodos de producción mucho menos conscientes con el planeta, y también, con las condiciones de trabajo.
Pero más allá de las razones medioambientales, hay mucho más. El Black Friday tan solo beneficia a las grandes compañías, aquellas que operan con mucho margen y tienen la posibilidad de bajar sus precios para dar salida a su stock. Por el contrario, se penaliza al pequeño comercio que no trabaja con el mismo modelo de producción. Las marcas pequeñas no pueden permitirse hacer descuentos porque estarían devaluando su producto. Cuando caemos en las grandes ofertas del Black Friday, no solo estamos jugando en contra del planeta, también contra las tiendas de barrio o los empresarios locales.
Debido a estos motivos, cada año, mas marcas deciden no sumarse al Black Friday. Es el caso de Naan. Muchas veces, nuestros clientes nos preguntan, ¿vais a hacer rebajas? y nuestra respuesta es siempre la misma. Nuestra filosofía de trabajo no nos lo permite.
¿Por qué no nos sumamos?
Naan es una empresa joven y pequeña, no tenemos grandes infraestructuras, ni producciones en serie. Todos y cada uno de nuestros muebles están realizados a mano por nuestros artesanos en Valencia (España). Cada pieza que sale de nuestro taller debe tener un acabado excepcional, por ello, no escatimamos en madera, y tampoco en la mano de obra.
No podemos permitirnos vender a menos precio, pero tampoco vendemos por encima de su valor ninguno de nuestros diseños.
Con este post no pretendemos demonizar el Black Friday, sabemos que es un gran momento para aprovechar y comprar ese producto que tanto tiempo llevas esperando. Pero queremos defender la compra consciente y responsable, porque solo así podremos alcanzar un modelo de producción mucho más sostenible para nosotros y para el medio ambiente.
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